jueves, 19 de abril de 2012

Hablando de correr





Abril 2012

El próximo domingo participaré en una carrera de maratón, el maratón popular de Madrid. Aunque no es el primero que corro, ya que con éste serán trece, siento sin embargo los mismos nervios que la víspera del primero. O quizá aún más, ya que entonces desconocía lo que significaba enfrentarse a esa distancia.

Supongo que por eso me ha venido a la cabeza el libro de Haruki Murakami, “De qué hablo cuando hablo de correr” (Tusquets Editores, 2010), en el que el escritor japonés reflexiona de forma amena sobre lo que para él representa la práctica de este ejercicio físico, el esfuerzo y sacrificio que le requiere, las satisfacciones que obtiene a cambio y los beneficios personales y profesionales que le reporta. Todo ello sin recurrir a los tópicos habituales cuando se trata un tema deportivo.


Independientemente de la situación laboral y personal de cada uno, es obvio que la vida es un recorrido de larga distancia que acaba consumiendo todos nuestros recursos físicos y mentales, y desde ese punto de vista, la carrera de maratón es una metáfora perfecta de la vida.

En distancias menores nunca he tenido la sensación de llegar a la meta al límite de mis fuerzas, e incluso excediéndome en el esfuerzo la recuperación posterior siempre ha sido relativamente rápida. En el caso de un maratón, para un corredor popular con escaso tiempo para entrenar, la distancia a recorrer está fuera de toda proporción. Resulta imposible entrenar esa distancia y hacer una planificación en la que confiar a la hora de afrontar el reto. Puedes marcarte, como en carreras de distancias más cortas, unos objetivos de paso por algunos tramos intermedios, pero cualquier pequeña variación imprevista en las condiciones externas de la carrera o en las sensaciones internas, físicas o incluso mentales, alterará de manera radical el desarrollo del recorrido y el resultado final.


Nunca como en una carrera de este tipo se siente el paso del tiempo y el desgaste progresivo del organismo. Las ganas e ilusiones de los primeros kilómetros dejan paso, con la lenta pero inexorable acumulación del cansancio y la sucesiva aparición de molestias, a las dudas, al desaliento y al deseo de que aquello finalice de una vez, como sea. Se hace muy largo y muy duro, con demasiados obstáculos en el camino y acaba por no verse el sentido que tiene todo aquello. Vamos, como la vida a veces.

Por si fuera poco, tras la llegada, la recuperación no se produce como en carreras más cortas y hasta el trayecto de regreso a casa se convierte en una especie de calvario.

Todo esto lo sé muy bien, ya he dicho que tengo cierta experiencia. A pesar de saberlo, el domingo me presentaré en la línea de salida con la esperanza de tener un buen día y la ilusión de disfrutar de un ambiente especial y de las calles de la ciudad sin tráfico por una vez, junto a otros miles de corredores populares a los que entiendo y que sé que me entienden. Corro al año siete u ocho carreras más, pero lo cierto es que este maratón es en todo momento mi objetivo, y el llegar a esta cita en las mejores condiciones posibles es mi principal motivación para entrenar durante todo el año.

Volviendo al libro de Murakami, creo que es muy recomendable para todos los aficionados a la lectura y a la práctica deportiva y para los que aún no conozcan su obra sería una buena forma de acercarse a ella.


También creo recomendable su lectura para los que no gusten de la práctica deportiva ya que, como ya se ha visto, la vida que recorremos es a su vez la metáfora perfecta de una carrera de maratón.





6 comentarios:

  1. No conozco nada de este autor, pero si lo recomiendas, lo buscaré y leeré tan pronto pueda.
    Me gusta hacer ejercicio, pero no corro, es un deporte para el que no me he preparado en la vida y no lo practico. No obstante me gusta andar, sobre todo por el campo, y patinar. El otro día me puse los patines, salí sola a la calle y me planteé un recorrido bastante más largo de lo habitual. No tenía prisa, el día era estupendo y el primer tramo era siguiendo el curso del rio corriente abajo. No caí en la cuenta de que la vuelta sería hacia arriba. Hacía mucho tiempo que no sufría tanto haciendo deporte. Puedo imaginarme como te sientes tras a tí, pero al final a mi me queda esa sensación de "he sido capaz, lo he hecho".
    Por cierto, ya es domingo por la tarde ¿qué tal te ha ido?, seguro que bien. Preciosa y acertadísima la metáfora.
    Un saludo y un beso enorme.
    Hasta pronto.

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    1. Lo siento pero falta una linea. Quería decir que puedo imaginarme cómo te sientes tras los primeros kilómetros de una maratón y que no se a tí, pero a mí al final me queda la sensación de "lo he hecho".

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    2. El objetivo del ejercicio debe ser mejorar o prolongar la calidad de vida divirtiéndose de paso, así que cualquiera vale. A mí me enganchó el mundillo de las carreras populares y en él seguiré mientras pueda. El domingo tuve buenas sensaciones y disfruté gran parte del recorrido. También sufrí mucho en otra buena parte, pero ya me sabía el guión así que no me llevé ninguna sorpresa. Lo más importante para mí es que terminé muy satisfecho, con esa sensación que tú comentas de "lo he hecho" que acompaña a la superación de cualquier reto. En resumen, mereció la pena.

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    3. Hablando de correr y visto que eres un apasionado de ese deporte, te diré que leyendo un artículo de un periódico italiano supe que hay una revista que se llama "Correre" y que tiene edición digital.
      Como creo que eres una persona con muchas facultades y capacidades, seguro que no tendrás problemas para disfrutar de ella.
      La URL es http://www.correre.it/
      Un saludo. Hasta pronto.
      Ciao

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  2. Es palpable en tu escrito la emoción que sientes por este deporte, admirable tu dedicación y como completas esta afición cultivando la lectura.
    Muy interesante, te felicito.
    Un beso.

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    1. Muchas gracias por tus amables comentarios. No contesté al anterior pero te aseguro que me dio mucho que pensar.

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