Otoño 1972
Acababa de comenzar los estudios universitarios cuando descubrí que existía un cine diferente al que conocía hasta entonces. Sorprendentemente, en plena dictadura y en una ciudad de provincias, un puñado de salas, denominadas “de arte y ensayo”, programaban “otro” tipo de películas. Cine “de autor”, que no tenía recorrido comercial, y siempre, por supuesto, en versión original. Recuerdo que las salas no se llenaban, y las películas se mantenían solo una semana en cartel, pero era suficiente. Aquel año, el grupo de amigos cimentamos nuestra pasión por el cine, por el cine con mayúsculas. Un cine distinto, alternativo, provocativo, comprometido, europeo pero también americano. Coincidió ese momento con el comienzo de una etapa maravillosa en la 2 de TVE, entonces el UHF, con la programación de un sinfín de ciclos de películas de grandes directores, clásicos y contemporáneos, tradicionales y vanguardistas. Fueron unos años maravillosos en los que cada película que veíamos dejaba su pequeña o gran huella.
Acababa de comenzar los estudios universitarios cuando descubrí que existía un cine diferente al que conocía hasta entonces. Sorprendentemente, en plena dictadura y en una ciudad de provincias, un puñado de salas, denominadas “de arte y ensayo”, programaban “otro” tipo de películas. Cine “de autor”, que no tenía recorrido comercial, y siempre, por supuesto, en versión original. Recuerdo que las salas no se llenaban, y las películas se mantenían solo una semana en cartel, pero era suficiente. Aquel año, el grupo de amigos cimentamos nuestra pasión por el cine, por el cine con mayúsculas. Un cine distinto, alternativo, provocativo, comprometido, europeo pero también americano. Coincidió ese momento con el comienzo de una etapa maravillosa en la 2 de TVE, entonces el UHF, con la programación de un sinfín de ciclos de películas de grandes directores, clásicos y contemporáneos, tradicionales y vanguardistas. Fueron unos años maravillosos en los que cada película que veíamos dejaba su pequeña o gran huella.
Pues bien, como he dicho, nuestra pasión surgió con las sesiones en aquellos cines etiquetados como de arte y ensayo, y de todas aquellas películas, la primera en el tiempo fue The Boy Friend, de Ken Russell.
Ken Russell fue un director de cine
inglés, nacido en 1927, que entre los años 1959 y 1970 realizó documentales
sobre arte para la BBC, y cuyas películas más conocidas son posiblemente Women
in Love (1969), SavageMessiah (1972), Tommy (1975), La pasión de China Blue
(1984) o Gothic (1986).
The Boy Friend fue estrenada en 1971, y se basa en un musical escrito para el teatro en 1953 por Sandy Wilson (1924), quien colaboró en el guión de la película. El musical llegó a representarse en Broadway en 1954 en lo que fue el debut de Julie Andrews en la meca del musical. Ken Russell adaptó el libreto a la pantalla convirtiéndolo en una gran parodia de las películas musicales de Busby Berkeley en la década de los años 30.
Lo más llamativo de la versión cinematográfica de Russell era su protagonista femenina: la modelo Twiggy, icono de belleza en el mundo de la moda en la segunda mitad de los sesenta.
Un comienzo arrollador, ¡¡y que siga!! da gusto empaparse con la pasión de otros.
ResponderEliminarUn Abrazo,