Más allá de donde
aún se esconde la vida, queda
un reino, queda cultivar
como un rey su agonía,
hacer florecer como un reino
la sucia flor de la agonía:
yo que todo lo prostituí, aún puedo
prostituir mi muerte y hacer
de mi cadáver el último poema.
(Dedicatoria)
Cuentan que la Bella Durmiente
nunca despertó de su sueño.
(Érase una vez)
Descanse en paz Leopoldo María Panero
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